«Gran parte del curso detrás de Luces, de la propia obra, de los fluorescentes, del ordenador, con los libros en vela, las visitas a la Nacional, los apuntes desde la pizarra. En definitiva: es la ilusión de un grupo de alumnos que, por la mañana, están en el conservatorio donde bailan horas, y por las tardes van a clase al instituto. Es decir, se trata del espejo, “el símbolo de la conciencia para reproducir los pensamientos del mundo”, pero en pequeño, entre nuestras luces modestas».